Santísima Trinidad - domingo después de Pentecostés Show
El domingo pasado, con la solemnidad de Pentecostés, terminó el tiempo de la Pascua; el lunes retomamos el tiempo ordinario, es decir, el tiempo de la Iglesia (con el verde como color litúrgico), un tiempo en el que estamos llamados a vivir el Evangelio en la normalidad de la vida cotidiana, dando testimonio de la alegría de ser discípulos de Jesús crucificado y resucitado. Del Evangelio según San JuanSí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en Él no muera, sino que tenga Vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él. Dios camina con nosotrosLa primera lectura propone el texto del Éxodo, capítulo 34, en el momento en que Dios pasa ante Moisés proclamando: "El Señor es un Dios compasivo y bondadoso, lento para enojarse, y pródigo en amor y fidelidad" (Ex 34,6-7). Moisés se postra ante Dios y pide: "Si realmente me has brindado tu amistad, dígnate, Señor, a caminar en medio de nosotros". (Ex 34:8). Esta petición expresa el deseo que todo hombre tiene en su corazón, porque no importa cómo vayan las cosas en la vida, lo que cuenta es saber que Dios está con nosotros, porque “no hay nada imposible para Dios" (Lc 1,37). Dios con nosotrosQuizá Moisés nunca esperó que un día el Señor caminaría en carne y hueso entre su pueblo, ni siquiera imaginó que Dios se haría carne en Jesús. Pero Él lo hizo. Y no para condenar al mundo desobediente, sino para salvarlo de una vez por todas. Oración |