Se puede trabajar con el grillete 2023

Dallas - Una aplicación en un teléfono celular basta hoy en día para monitorear a indocumentados en medio de un proceso judicial con las autoridades migratorias, pero el uso permanente de un grillete electrónico es todavía común.

En el país hay 182,607 inmigrantes indocumentadosque son constantemente monitoreados con grilletes y otros dispositivos de rastreo satelital. Más del 50% de estas personas utilizan una aplicación a través de sus teléfonos para verificar su ubicación. Sin embargo, un 16% aún utilizan un grillete ajustado a su tobillo, lo cuál causa molestias físicas y un estigma social.

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La Agencia de Control Migratorio y Aduanas (ICE)tiene tres métodos para localizar a las personas: grilletes con geolocalizador, llamadas telefónicas y la aplicación SmartLink la cuál es instalada en el teléfono de la persona y de acuerdo a los lineamientos de ICE, este usuario tiene que conectarse a cierta hora y día, donde a través de reconocimiento facial y GPS, la persona será identificada y el gobierno puede confirmar que sea la persona y donde esta el usuario.

Todas las noches antes de ir a dormir, Rafel González, de 31 años, tiene que asegurarse de recargar la batería de su grillete que tiene puesto en su tobillo derecho para evitar que al día siguiente se quede sin pila y este active la alarma.

“Si no lo cargo comienza a sonar, haciendo un ‘beep beep’ muy ruidoso y las personas que están a mi alrededor, se asustan. Rápidamente piensan que soy un criminal, si tienen niños, los agarran y se alejan rápido de mí. Lo que no saben es que estoy en un proceso migratorio”, dijo González, originario de Ganma, Cuba, quien tiene más de un año utilizando un grillete con localizador.

Los dispositivos son parte del Programa Alternativas a Detención(ADT) que se implementa desde 2004 como alternativa para reducir el tiempo de las personas en centros de detención, para aquellos que no presentan un riesgo a la sociedad, basado en los criterios de ICE.

González es una de las 2,745 personas bajo ADT en Dallas, de estas personas, 2,406 utilizan SmartLink y 75 personas se reportan vía telefónica. Es a discreción de ICE cuál tipo de localizador es asignado a las personas. Cuando el gobierno de Biden tomó el mando, había 35,000 personas bajo ADT en todo el país.

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El aumento en este tipo de programas y el más reciente anuncio del programa piloto “toque de queda en casa” el 17 de febrero 2022 que será puesto en marcha en Baltimore y Houston, son alternativas para reducir el tiempo de detención en centros de ICE y reducir costos, de acuerdo al Departamento de Seguridad Nacional (DHS).

Beneficios para gobierno también

“Con estas alternativas las personas pueden estar cerca de su familia, sus amigos y su red de apoyo, pueden acceder más fácilmente a asesoramiento legal que cuando están detenidos. Y las alternativas a la detención también pueden ser la opción más eficiente para el gobierno, ya que cuestan mucho menos que el costo diario de la detención”, dijo Jessica Bolter, analista del Instituto de Políticas de Migración (MPI).

De acuerdo a un análisis del Foro Nacional de Inmigración, el costo por día por persona en un centro de detención promedio es de $150 a comparación de un costo promedio de $5 por algún tipo de alternativa de monitoreo.

“ATD aumenta efectivamente las tasas de comparecencia ante los tribunales, el cumplimiento de las condiciones de liberación y ayuda a los participantes a satisfacer sus necesidades básicas y comprender sus obligaciones de inmigración”, dijo ICE a Al Día a través de un correo electrónico.

Para González, el estar fuera de detención es un alivio, ya que estuvo en el centro de detención de Otero, ubicado en Chaparral, Nuevo México desde septiembre hasta diciembre de 2020. Lo único que él quería era salir y reunirse con su familia que radica en Dallas. Cuando se le informó que sería puesto bajo el programa de monitoreo sintió un alivio.

“La vida en ese lugar es muy pesada, como eran tiempos de la pandemia, no podía recibir visitas, nada, me estaba volviendo loco. Cuando me dijeron que me iban a poner esa cosa (grillete) me alegré tanto y yo pensaba, ‘que importan que me lo pongan, hasta en el cuello, lo que quiero es salir de aquí”, dijo González.

Acarrea un estigma social

Una vez que le colocaron el grillete, se le entregó una hoja con todas las reglas y condiciones que conlleva el uso del grillete. Por ejemplo, radicar en la dirección proporcionada a las autoridades, nunca dejar descargar el grillete y la principal regla: nunca intentar quitarselo.

González recuerda como lloró de alegría al poder reunirse con sus familiares en Dallas, después de tomar un autobús en El Paso. Al paso de los días, ese sentimiento de alivio, comenzó a desvanecerse, ya que sentía las miradas de las personas cuando salía a la calle de compras, a comer o en cualquier lugar público.

“Ya no me sentía tan libre como cuando salí de ese centro, claro que es mucho mejor tener este aparato que estar detenido, pero la gente te ve feo y te juzgan luego luego. Yo no puedo ir por la vida dando explicaciones a todo mundo que vea cuando voy al super, a comer a donde sea y diciéndoles que no hice nada malo, que lo único que quiero es un mejor futuro”, dijo González.

El caso de González no es un caso aislado, ya que las personas que utilizan un grillete son más propensas a no encontrar un trabajo, enfrentar estigma social y tener que mantenerse en una circunferencia que les limita el poder vivir su día a día, de acuerdo a Carolina Rivera, abogada de servicios legales de inmigracion de Catholic Charities en Dallas.

“Tenemos varios clientes que nos cuentan cómo una vez que tienen su permiso de trabajo no pueden ser contratados, porque aunque les expliquen a sus jefes de su situación, es muy difícil desasociar el uso de un grillete con actividad criminal”, dijo Rivera.

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González tuvo esa experiencia cuando intentó conseguir un trabajo en la construcción pintando casas y poniendo pisos. Este le mostró todos sus papeles de migración a la persona que lo iba a encontrar y aún así, se le negó el empleo ya que el grillete es visible.

“Es deshumanizante que no puedas entrar a un trabajo o seguir con tu vida normal, solo por el hecho de estar en un proceso migratorio”, dijo Nancy Treviño directora asociada de poder de nuestra red de Alianza Américas, una organización que brinda servicios legales a inmigrantes en todo el país.

Otro problema que apunta Treviño, es el tiempo indefinido bajo estos programas. Ya que ICE no estipula un periodo de tiempo del uso de estos monitoreos.

A más de un año de haber sido liberado, González, no tiene fecha para una corte migratoria, donde se puede decidir si se quedará en el país o será deportado. Ya que el estar bajo algún programa de monitoreo no garantiza que la persona podrá quedarse en el país, de acuerdo a ICE.

Hay 1,596,193 casos activos pendientes ante las cortes de inmigración en todo el país a finales de diciembre de 2021. Dallas ocupa el quinto lugar a nivel nacional con 32,272 casos pendientes en la corte de inmigración acumulados del año fiscal 2021 y lo que va del 2022. El camino que le resta a González es largo.

Solo en lo que va del año fiscal 2022, Dallas tiene 1,448 cortes pendientes. El primer lugar lo ocupan los mexicanos, seguido por salvadoreños, hondureños y guatemaltecos con casos pendientes en cortes, de acuerdo a información recolectada por Transactional Records Access Clearinghouse (TRAC) una organización de recopilación, investigación y distribución de datos de la Universidad de Syracuse, en Nueva York.

“No se hasta cuando voy a estar así, mis abogados no me contestan, ICE no me da fecha de audiencia, nadie me dice nada y los días pasan. Personas que conocí y fueron liberadas el mismo día que yo ya tienen sus permisos de trabajo, ya tuvieron una corte y yo nada. Ellos se fueron a otros estados, no se sí el problema es el estado de Texas que no quiere resolver los casos”, dijo González.